CONVIVENCIA CON LA FAUNA URBANA EN EL IES COLONIAL

Fuente Palmera, 19 de junio de 2023

A la dirección del IES Colonial de Fuente Palmera.

Hace ya 10 años que completé mi formación en el centro, una etapa de mi juventud en la que más allá de la犀利士
s competencias lectivas esperadas, también adquirí otros valores personales que han sido participes en las decisiones que siguieron a este periodo.

Sin embargo, este escrito no está dirigido a rememorar sobre el pasado, si no a poner de manifiesto el presente de este centro, desde una perspectiva que, quizás, hasta ahora no se contemplaba.

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Es probable que esta cifra se pueda corresponder con muchos elementos presentes en IES Colonial, pero en este caso ese es el número de nidos de barro que actualmente adornan la fachada del centro y que son el hogar de una colonia de avión común (Delichon urbicum).

Tanto a nivel personal como profesional nos gustaría agradecer a todos los responsables de la gestión del centro el hecho de que se permita la presencia de estos nidos, dando cobijo a una especie clave en la dinámica ecosistémica urbana y protegida tanto a nivel nacional como internacional1, además de ejemplificar la posibilidad de convivencia con la fauna autóctona silvestre.

El avión común es un ave de la familia de los Hirundinidos, al igual que las golondrinas, de las que se diferencia tanto a nivel morfológico como en la estructura de sus nidos. Esta pequeña ave de menos de 20 gramos de peso y una envergadura alar de unos 25 cm presenta un marcado comportamiento gregario, formando grandes colonias de cría (lo que a veces genera conflictos con aquellos que valoran más la pulcritud de una fachada que la colaboración con una especie fascinante).

Esta especie tiene una dieta insectívora, llegando a consumir cada individuo hasta 60 insectos voladores a la hora. Todos los años realiza una migración de unos 6000 km desde sus cuarteles de invernada en la costa occidental africana para nidificar en Europa. Es una especie que reutiliza el nido de los años anteriores, por tanto, destruirlos fuera de la época de cría provoca que a la vuelta de su migración los aviones comunes tengan que realizar una enorme inversión de esfuerzo en reconstruir pieza a pieza su nido, dificultando todo el proceso reproductivo. Tras la época de cría y después de haber sacado adelante más de una generación de juveniles, toda la población se aventura de nuevo en su periplo migratorio hacia el continente africano, con la esperanza de que al volver, ese pequeño cuenco de barro que reconocen como hogar permanezca allí donde lo dejaron.

Actualmente las construcciones humanas presentan una fuerte tendencia a la impermeabilización frente a la fauna silvestre, generando estructuras inertes y hostiles para la mayoría de las especies, a lo que hay que sumar el rechazo categórico a la convivencia con las mismas, tanto en los entornos urbanos como incluso en los silvestres.

Por todo lo anterior nos gustaría trasmitiros nuestro agradecimiento, porque respetar un nido de alguna de estas especies es mucho más que dejar un poco de barro en la fachada.

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